Nov 8

En el teatro Principal ya está todo a punto para celebrar esta tarde (19.45 h.) el preestreno de la película The Way. Nueva aportación para la filmoteca xacobea, previamente (10.00 h) tendrá lugar un pase para los medios seguido de una rueda de prensa (12.15 h) en la que participarán tanto el actor Martin Sheen como su hijo Emilio Estévez, el conselleiro de Cultura y el productor de la película, Julio Fernández. Por cierto, que el presidente de Filmax y la familia que ha concebido The Way tuvieron la oportunidad de comentar en el Hostal los últimos detalles de lapremière coincidiendo con la visita del Papa a Santiago.

Rodada durante siete semanas en la Ruta Xacobea, la película incluye escenas grabadas en el interior de la Catedral, un hecho que el propio Martin Sheen ha definido como «un milagro».

La cinta narra la historia de Tom Avery (Martin Sheen), un reputado oftalmólogo viudo de California que recibe una llamada desde Francia en la que se le comunica que su hijo Daniel (Emilio Estévez) ha fallecido en los Pirineos.

martin-emilio-the-way- descubregalicia. com

Para involucrar al público al máximo en el lanzamiento, la Xestión do Plan Xacobeo -patrocinadora del filme- ha organizado un concurso de fotografías con el Camino como protagonista. A través de su página de Facebook y la web oficial, cada semana se propondrá un tema. El de esta que empieza es la gastronomía. Al final de cada semana los propios internautas elegirán las 15 mejores imágenes. Los ganadores recibirán una entrada doble para ver The Wayen cualquier sala de España a partir del 19 de noviembre. En total, se sortearán 60 pases.

ORIGEN GALLEGO. Mencionar el apellido Sheen es hablar de una de las familias más conocidas de Hollywood. El patriarca es de sobras conocido por su intervención en películas como la mítica Apocalypse NowEl final de la cuenta atrásWall StreetEl presidente y Miss Wade, o las oscarizadas GandhiInfiltrados. Gran repercusión también ha tenido su papel como presidente de los EEUU en la serie El ala oeste de la Casa Blanca. Pero lo que algunos no saben es que la familia Sheen tiene sus raíces en Salceda de Caselas (Pontevedra), de donde era originario el padre de Martin Sheen, Francisco Estévez, un emigrante que buscó fortuna en Ohio junto a su mujer irlandesa, Mary Anne Phelan. De hecho, el verdadero nombre de Martin Sheen es Ramón Antonio Gerardo Estévez. De sus dos hijos -Charlie y Emilio, conocidos actores y directores- el segundo decidió mantener el apellido original en honor de sus antepasados. Su orgullo es tal que se declaró «español y gallego en corazón y alma». El destino ha querido que padre e hijo vuelvan a sus orígenes con The Way.

Nov 7

Peregrino da fe

Peregrino da fe

No en el anunciado olor de multitudes, pero sí arropado por decenas de miles de fieles, Benedicto XVI situó ayer a Galicia en el centro del Viejo Continente durante las casi ocho horas que permaneció en la comunidad. Emulando a su antecesor en el cargo, Juan Pablo II, el actual obispo de Roma erigió a Compostela, junto a su Camino, en altavoz del europeísmo y la revitalización de los valores cristianos que él con tanta vehemencia suele propugnar. Esquivó a la lluvia y a las nieblas burló. Arribó en un vuelo dentro del cual había lamentado el «anticlericalismo nacido en España», hilvanando un discurso de tono diametralmente opuesto al que luego, ya en tierra, construiría. A bordo de un papamóvil para muchos demasiado veloz, a diestra y siniestra entró en Santiago saludando, sonriendo. Cosechó vítores y ovaciones. Y, siempre que habló, lo hizo parcialmente en gallego. Sin estridencias recibió a la derecha y a la izquierda políticas, como sin incidencias también transcurrió en general su visita, la tercera de un pontífice a la capital gallega desde 1982.

Amaneció el 6-N húmedo y frío, en una ciudad tomada por la policía que a las ocho, en contraposición con las expectativas oficiales, todavía estaba desperezándose algo desangelada, huérfana de las retenciones circulatorias que las autoridades habían dicho temer y con las áreas de estacionamiento habilitadas para la ocasión semivacías. A lo largo de las jornadas previas, tanto los organizadores de la cita, el Arzobispado de Santiago, como las Administraciones central, autonómica y local habían convenido en elevar a 200.000, residentes al margen, los fieles aguardados.

Ayer, en cambio, el Gobierno español eludió cifrar la concurrencia efectivamente lograda, mientras que la Iglesia, por boca del coordinador general del evento, Salvador Domato, declinó estimarla anoche, aduciendo que «sinceramente» lo ignoraba. Arguyendo que a él no le competía, tampoco el presidente de la Xunta, instado a pronunciarse al respecto, se avino a ello. «Yo no me atrevo a dar un número», esquivó igualmente la pregunta el alcalde, Xosé A. Sánchez Bugallo. El único dato divulgado sobre la participación son las 14.000 almas que se reunieron en las plazas del Obradoiro y A Quintana, amén del interior de la catedral.

Cuatro encuentros privados

A lo largo del sábado, Joseph Ratzinger mantuvo cuatro encuentros privados con seis personalidades: uno, concertado el jueves, con el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE), y el nuncio apostólico en Madrid, Renzo Fratini, y otro, apalabrado prácticamente sobre la marcha, con el jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijoo (PP), así como dos más que ya figuraban en el programa.

En el primero de estos últimos, «cordial y afectuoso», según la Casa Real, participaron los Príncipes de Asturias y tuvo lugar en Lavacolla, instantes después de que Felipe de Borbón hubiese agradecido en público a su interlocutor el «afecto» que profesa hacia España. En el segundo, más breve y celebrado justo antes de partir del casco histórico de regreso a la terminal, estrechó la mano del líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, horas antes de hacer lo propio, hoy en Barcelona, con las del presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, quien ayer sorprendió visitando en Afganistán a las tropas que Defensa tiene allí desplegadas.

En el corazón de Compostela, almuerzo y reposo al margen, el Papa exhortó desde la catedral a los católicos del país a continuar cofinanciando labores humanitarias y de caridad. Asimismo, regaló afectuosas palabras a los 700 enfermos, niños, ancianos y religiosos que lo esperaban dentro del templo, a la par que arrancó aplausos a los millares presentes en A Quintana y el Obradoiro; los más sonoros, cuando exclamó: «Moitas gracias».

Emotiva eucaristía

Además, tras comer con un centenar de cardenales y obispos un menú a base de productos típicos de Galicia preparados al modo tradicional, frente a la basílica presidió el acto central del viaje: una macroeucaristía emotiva, de profundo mensaje pastoral y solemne. Quienes la presenciaron in situ salieron del recinto maravillados con una propuesta musical rayana en lo delicioso, tanto en lo coral como en lo instrumental. Claro que para lograr una silla con vistas al altar hubo quien pasó hasta doce horas al raso haciendo cola, más otras nueve sentado. Abierto a las ocho, a las nueve y media el recinto ya se había llenado.